Esta entrada no tiene otro fin que hablarles del hombre de mi vida, mi fortaleza inexpugnable, mi mejor amigo, mi coach de lanzamiento en baseball, mi maestro de matemáticas, mi mejor audiencia y aún sobre todas mi padre por elección su nombre; Gregorio García. Su caminar ya era lento cuando yo daba mis primeros pasos y con mis pequeñas y regordetas manos tomaba sus manos fuertes y llenas de cicatrices por su trabajo en la finca, él me cargaba para mostrarme un mundo hasta entonces desconocido, me enseñó a caminar y se sentía orgulloso con cada pequeño logro en mi vida, desde mis primeros pasos o palabras hasta mi colección de buenas notas de la escuela o cuando lanzaba una buena curva o una recta veloz en mis juegos de baseball, ese hombre sencillo de barba blanca, cabello gris y ojos Verde/miel que en su juventud era un bien parecido alto, de cabello Castaño y barba roja se sentó mil veces a escucharme mientras tocaba p...